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Bright: No es buena, pero merece la pena


(Reseña SIN SPOILERS)

Bright, película de 2017 producida por y estrenada en Netflix con el aliciente de ser protagonizada por Will Smith, persona tan carismática que yo creo que ganaría las elecciones en cualquier ayuntamiento español.

Sin rodeos: No me ha gustado mucho por lo genérica y, en algunos momentos, lo aburrida que es. Sin embargo sí me ha interesado el contexto en que toma lugar la acción y creo que es algo curioso de ver para aquellos aficionados al género fantástico.

La película trae a la actualidad las sociedades tantas veces descritas en las sagas de fantasía medieval al estilo, para que entienda todo el mundo, de El Señor de los Anillos. De este modo, vemos una ciudad de Los Ángeles actual en la que coexisten humanos, elfos, orcos y enanos, aunque sabemos de la existencia de estos últimos únicamente por menciones. También, aquí, existe la magia, no obstante, es algo muy poco común y extremadamente restringido por ley, existiendo incluso un cuerpo del FBI para asuntos mágicos.

La convivencia entre razas, pese a ser pacífica, no es igualitaria. Las clase privilegiada está compuesta casi íntegramente por elfos. Los humanos, los más numerosos, conforman las clases media y obrera, pero parecen gozar de cierta «movilidad social» ya que, si bien la mayoría son currantes, se nos muestra que alguno comparte puestos de responsabilidad con los elfos. La posición social de los enanos no se aclara.

Straight outta Mordor

La clave aquí son los orcos, que viven una situación de pseudo-apartheid. Aunque de forma pública no se tolere el racismo, nadie quiere compartir barrio o puesto de trabajo con ellos pues, popularmente, se los considera violentos, tribales, estúpidos y primitivos. Ocupan los puestos de trabajo de menor cualificación, viven en guetos y tienden a delinquir con más frecuencia que otras razas.

Debido a esto de la convivencia entre especies, en algunas reseñas relacionan Bright con Alien Nación, una serie antigua en que humanos y aliens cohabitaban en la Tierra. No he visto nunca esa serie así que no puedo valorar tal afirmación, pero la incluyo por si a alguien le resulta útil.

«Bright» es el don innato que permite utilizar la magia.

La trama se centra en una pareja de policías: Daryl Ward (Will Smith), un veterano policía humano, y Nick Jakoby, novato y el primer agente orco de la historia del cuerpo angelino. Su relación es bastante fría debido a los prejuicios y las malas experiencias de Ward con los orcos así como a la propia falta de aptitudes sociales de Jakoby. Ambos se ven injustamente envueltos en un caso de uso ilegal de magia y se convierten en fugitivos.

Y aquí es donde me bajo yo del carro. Una vez nos han explicado las características de su sociedad, no nos espera más que un desfile de clichés de películas policiacas. A mi me encantan las buddy movies cuando van en clave de comedia, pero esta se toma demasiado en serio a sí misma. Hubiese sido genial una Hora Punta o una Arma Letal entre un humano y un orco, y más contando con un tío con tanta gracia como Will Smith.

Un orco, un elfo y un humano entran en un bar…

Además, la película establece ciertas reglas que luego contradice en varias ocasiones y hace que algunos personajes que actúen de forma increíblemente estúpida sólo como excusa para alargar la trama. Pondría ejemplos, pero quería hacer esto «spoiler free».

Como alegoría racial, al menos, funciona mucho mejor que Distrito 9 (aunque eso sea como decir «Soy mejor persona que Jack el Destripador») por mostrar un racismo mucho más sutil y, por tanto, más realista: Oficialmente, los orcos tienen los mismos derechos que todos, pero el rechazo social que sufren los impide prosperar, completándose el círculo vicioso que en la vida real sufren minorías étnicas como los negros en EEUU o los gitanos en España.

circulo_discriminacion

A grosso modo

Esto se ve especialmente en el personaje de Ward, que tiene el discurso de la tolerancia memorizado para recitárselo a su hija, pero luego, en el día a día, no puede evitar tratar a Jakoby con desprecio visceral. Porque son los humanos, y no los elfos, los que más odio sienten hacia los orcos. Aunque pueda parecer paradógico, a diario vemos obreros que culpan de su mala vida a los inmigrantes o inmigrantes de distintas nacionalidades que son racistas entre ellos, como si escupiendo al escalón inmediatamente inferior nos sintiésemos más cerca de la cima. Ahí han hilado fino, hay que reconocerlo.

Lo dicho: no es gran cosa pero si estáis suscritos a Netflix y os gusta la fantasía, yo le echaría un ojo.