Espíritu aventurero

Hola, queridos amigos y gente que ha llegado al blog por error (La mayoría). Al final de este post voy a poner «sex» en los tags y ya veréis que risas nos echamos con el numero de visitas. Y tras hacer el troll, al lío.

Esta semana, la Secretaria General de Inmigración nos ha deleitado con una idea que nos abre los ojos a todos: «Los jóvenes cualificados emigran por espíritu aventurero.» (noticia aquí). Sí señor ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?

Si es que el semblante aventurero ya se les ve en la mirada

Aquí, un emigrado os puede dar fe de las aventuras que se viven. Hoy en día, saco la colección del Capitán Trueno y digo «Qué coñazo de tebeo costumbrista». Y es que mi vida en Galicia era bastante coñazo: Ir a la facultad, hacer prácticas, salir algún jueves a ver si follaba…

Pero ahora ¡Ah! esto es otra cosa. En 3 meses en Suecia ya he desarticulado una organización de agentes secretos, he lanzado el anillo único a la montaña del destino y me he cargado a Bowser, con el consiguiente polvazo a la princesa. Me cunde el tiempo mucho más y, por si fuera poco, me han dado una vida extra.

Ahora bien, tampoco penséis que mola tanto: Matado un dragón matados todos. Al final ya aburre eso de acabar cada día entre vítores cabalgando hacia la puesta de sol. Sin ir más lejos, a mi me han subido 2 dioptrías de tanto mirar al ocaso y las flores que me lanzan desde los balcones al pasar me han acabado dando alergia. No todo el mundo vale para aventurero, a fin de cuentas.

En el capitulo 1 de Hora de Aventuras, Finn y Jake llegan al mundo mágico en patera

Pero lo realmente importante es ¿De dónde viene este afán aventurero de los jóvenes españoles? Vamos a ver, alguien que acabe una licenciatura ahora más o menos entró en la universidad en 2006. Por tanto, si en 2006 tenía 17-18 años, vivió su infancia a principios de los 90… y eso lo explica todo: Justo en aquel momento estaban pasando «La vuelta al mundo de Willy Fog» en Televisión Española.

Claro. La idea de dejarlo todo por una apuesta para irte a vivir aventuras por el mundo, caló entre los jóvenes de la mano del estiloso y atractivo león británico y sus colegas. El mensaje era claro: «Yo soy rico y molo, si quieres ser como yo, haz lo que hago yo: Vete de aventuras». El hecho de que durante el viaje, Willy Fog se zumbase a una india, hacía el mensaje aun más agresivo. Es como lo de «Si me como ese helado, va a venir conmigo la tía buena del anuncio».

La culpa, entonces, de la problemática fuga de cerebros de este país la tienen los que programaron esa serie en TVE: El PSOE. Si es que mucha broma hacemos, pero al final esto de la herencia recibida aun va a ser verdad y todo. Además, todos sabemos que a Felipe González le molaba ese rollo: Ahí está la adhesión a la OTAN, para que nunca falten guerras en las que entrar ¡Viva la aventura!

El grado en Monarquía Piratística no tenía salida en su país, así que Luffy emigró

Yo lo tengo muy claro: La aventura está ahí fuera. Si te vas a Alemania puedes luchar contra los Nazis, si te vas a Londres puedes resolver crímines en un mundo steampunk, si te vas a Noruega, hacer la del guerrero Nº13, si vas a Francia puedes batirte en duelo de floretes contra la guardia de Richelieu y si te vas a Estados Unidos, asaltar una diligencia ¿Qué haces en España? ¿Correr delante de los toros? Vaya mierda. Con el hambre que pasaremos de aquí a unos años, veremos si no acaban ellos corriendo delante de nosotros.

Como única solución a todo esto se pueden hacer 2 cosas: O convertirse en un país del primer mundo que empiece a educar a la población y trate a los trabajadores como personas, o hacer que haya más aventuras. Dado que en lo primero hemos fallado una y otra vez, yo decía de invertir en aventuras para que la gente se quede.

¿Cómo? Le damos un pack de Indiana Jones (Sombrero-látigo-chupa molona) a los universitarios y usamos como «templos malditos» algunos de los miles de pisos vacíos en propiedad de los bancos que hay en nuestro país (Al que rebautizaremos como «Reino sombrío», que da más rollo de aventuras)

Hércules, una serie que fomentaba la emigración a cualquier país donde no la emitiesen

Y ahora me despido, que me espera otra aventura: Pedirle al Dragón de Songoku que cambie algo. Para eso voy a reunir las 7 bolas: las de De Guindos, Rajoy, Montoro y la de Franco. Aunque no salga un dragón, ya verás como algo cambia.

Adicado ás mozas que lían Perçy ou Marionetti.